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La caída de los primeros dientes de leche

Todo sucedió una mañana de septiembre cuando mi hija se acercó a decirme algo, al abrir su boca noté que tenía una manchita blanca en la parte inferior de su diente por lo que le pedí que abriera su boca de nuevo y... ¡Oh sorpresa, ya tenía un diente nuevo empujando al de leche!. Sus ojitos brillaban de alegría al saber la noticia, así que nos abrazamos y le dimos la bienvenida al cambio.

Junto con la alegría también me llegaron sensaciones de nostalgia y cierto desconcierto, pues esperaba la caída de los dientes un poco mas tarde como tradicionalmente dicen que sucede. Así que me di la tarea de investigar un poco.

Tenía ya en casa el libro ideal que nos acompañaría en este proceso "El Maravilloso libro de los siete años" de Isabel Wyatt, un libro bellamente ilustrado donde hay un cuento en especial que habla de la caída de los dientes. Pero algo me seguía haciendo ruido cuando leía los siete años y recordaba la edad de mi hija, así que agarré mi teléfono y hable con Alida González, quien hizo la traducción e ilustración de este libro para que me ayudara a ampliar y comprender el panorama.


Me dio un poco de paz y no tanta, saber que mi hija no estaba sola en esto pues me explicaba que últimamente los niños están mudando de dientes a mas temprana edad. Y ¿Qué influye en esto?, muchas cosas y dependerá de analizar cada caso en particular pero podemos encontrar: la cantidad de hormonas presentes en los alimentos de origen animal, la exposición a sustancias químicas en los alimentos y en el agua, demasiados estímulos (muchas horas en pantallas, mucho ruido, mucha información, muchas actividades extra escolares, mucho de todo), querer que crezcan rápido y dar demasiadas explicaciones racionales.


Así que bueno, entre muchas cosas Alida me sugirió leer primero yo el libro y ver si el contenido era apropiado para mi hija porque el libro estaba hecho para todos aquellos que alguna vez tuvieron, tienen o pronto tendrán siete años. Sin embargo, algunas historias podrían hacerle mucho bien y acompañar su proceso.

La clave para mi esta siendo observar lo que acontece en el día a día para desde ahí poder acompañarla con una narración. Desde mi perspectiva es un libro muy completo, bello y útil que te va acompañando durante todo el año pero si hay que saberlo utilizar.


A los pocos días me llegó la siguiente interrogante : ¿ya estará lista para aprender procesos mas complejos como la escritura, lectura, sumas y restas?. Y es que cuando educas en casa hay mucha libertad y flexibilidad, pero también mucha responsabilidad.

Si te gusta la pedagogía Waldorf seguro sabrás que la caída de los dientes se asocia con el inicio del aprendizaje escolar pero ¡ojo!, eso es sólo la punta del iceberg. También habrá que observar varios hitos de madurez y habilidades corporales, emocionales y sociales.

Si te interesa saber sobre los hitos de madurez te comparto dos links con muy buena información: El primero es de médicos escolares orientados en la antroposofía http://www.medicosescolares.com.ar/ y el segundo es de Tamara Chubarovsky https://bit.ly/3aY0oKs


Para mi es importante brindarle a mis hijos calidad de contenido y nuevo contenido en el momento adecuado, ya que si intentamos enseñar a un niño pequeño procesos de abstracción como la lectura y escritura, cuando no están listos, estamos "robándole" al cuerpo sus fuerzas formativas. Estas fuerzas son las encargadas de formar su organismo de una manera saludable. Trabajar con su intelecto de forma anticipada, podría dar origen a la manifestación de diversas enfermedades en la etapa adulta. He aquí la importancia para nosotros de hacer de la educación un proceso que lleve a la salud y al desarrollo integral del ser humano y no sólo a valorar la parte intelectual.


Parte esencial de la pedagogía Waldorf es el respeto a los ritmos y procesos de desarrollo del niño, siendo la muda de dientes un proceso clave. Incluso Rudolf Steiner habla de

"Tres partos" (nacimiento del cuerpo físico, nacimiento del cuerpo etérico durante la época del cambio dentario, nacimiento del cuerpo astral, durante la época de la madurez sexual). 1

Ante un suceso tan significativo, no nos podíamos quedar en casa con los brazos cruzados, así que pusimos a volar nuestra imaginación. Para nosotros no hubo ratón Pérez ni hada de los dientes . ¿Quieres saber cómo lo festejamos en casa?



1. (Rudolf Steiner: La educación del niño desde el punto de vista de la ciencia espiritual, Dornach 1988, página 19)


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